Puntos destacados de la investigación:
- Con base en los datos de más de 1,000 participantes de un estudio realizado en Dinamarca, el aumento del tiempo que los niños y los adultos jóvenes pasan frente a dispositivos electrónicos o viendo la televisión se asoció a un mayor riesgo de enfermedades cardiometabólicas, como presión arterial alta, colesterol alto y resistencia a la insulina.
- La relación entre el tiempo frente a la pantalla y los riesgos cardiometabólicos fue más evidente entre los jóvenes que dormían menos horas, lo que indica que el uso de pantallas puede ser perjudicial para la salud porque "roba" tiempo de sueño, según los investigadores.
- Los investigadores afirmaron que los hallazgos resaltan la importancia de abordar los hábitos de uso de pantallas entre los jóvenes como una forma potencial de proteger la salud cardíaca y metabólica a largo plazo.
Prohibida su divulgación hasta las 4 a. m. CT/5 a. m. ET del miércoles 6 de agosto del 2025
DALLAS, 6 de agosto del 2025 — Según una nueva investigación publicada hoy en Journal of the American Heart Association (sitio web en inglés), una revista médica de la American Heart Association de acceso abierto y revisada por expertos, los niños y adultos jóvenes que pasan muchas horas frente a pantallas y dispositivos electrónicos pueden tener un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiometabólicas, como presión arterial alta, colesterol alto y resistencia a la insulina.
En una declaración científica del 2023 de la American Heart Association (sitio web en inglés), se señaló que "el riesgo cardiometabólico se presenta en edades cada vez más tempranas" y que solo el 29% de los jóvenes estadounidenses de entre 2 y 19 años gozaban de una salud cardiometabólica favorable según los datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de entre el 2013 y el 2018.
En este análisis de más de 1,000 participantes en dos estudios realizados en Dinamarca, se descubrió que el aumento del tiempo dedicado al uso recreativo de pantallas se asociaba significativamente con mayores riesgos cardiovasculares y cardiometabólicos entre niños y adolescentes.
"Limitar el tiempo discrecional frente a las pantallas durante la infancia y la adolescencia puede proteger la salud cardíaca y metabólica a largo plazo", afirmó el autor principal del estudio, David Horner, M.D., Ph.D. e investigador de los Estudios Prospectivos de Copenhague sobre el Asma en la Infancia (COPSAC, por sus siglas en inglés) de la University of Copenhagen en Dinamarca. "En nuestro estudio, se proporcionan pruebas de que esta conexión comienza a una edad temprana y se destaca la importancia de tener rutinas diarias equilibradas".
A partir del uso de datos de un grupo de niños de 10 años evaluado en el 2010 y un grupo de jóvenes de 18 años evaluado en el 2000, ambos como parte de los Estudios Prospectivos de Copenhague sobre el Asma en la Infancia, los investigadores analizaron la relación entre el tiempo frente a la pantalla y los factores de riesgo cardiometabólico. El tiempo frente a la pantalla incluyó el tiempo dedicado a ver la televisión, películas, videojuegos o el uso de teléfonos, tabletas o computadoras con fines recreativos.
Los investigadores desarrollaron una puntuación compuesta basada en un conjunto de componentes del síndrome metabólico (sitio web en inglés), que incluían la circunferencia de la cintura, la presión arterial, el colesterol "bueno" (lipoproteínas de alta densidad o HDL), los triglicéridos y los niveles de azúcar en sangre, y la ajustaron según el sexo y la edad. La puntuación cardiometabólica reflejaba el riesgo general de un participante en relación con el promedio del grupo de estudio (medido en desviaciones estándar): 0 significa riesgo promedio y 1 significa una desviación estándar por encima del promedio.
En el análisis, se descubrió que cada hora adicional frente a la pantalla aumentaba la puntuación cardiometabólica en aproximadamente 0.08 desviaciones estándar en los niños de 10 años y 0.13 desviaciones estándar en los jóvenes de 18 años. "Esto significa que un niño que pasa tres horas más al día frente a la pantalla tendría un mayor riesgo que otras personas de su edad en aproximadamente entre un cuarto y la mitad de la desviación estándar", afirmó Horner.
"Es un pequeño cambio por hora, pero cuando el tiempo frente a la pantalla llega a tres, cinco o incluso seis horas al día, como vimos en muchos adolescentes, eso se suma", comentó. "Multiplica eso por toda una población de niños y te encontrarás con un cambio significativo en el riesgo cardiometabólico temprano que podría prolongarse hasta la edad adulta".
En el análisis, también se descubrió que tanto la duración como el horario del sueño afectaban la relación entre el tiempo frente a la pantalla y el riesgo cardiometabólico. Tanto la menor duración del sueño como acostarse más tarde intensificaban la relación entre el tiempo frente a la pantalla y el riesgo cardiometabólico. Los niños y adolescentes que dormían menos mostraban un riesgo significativamente mayor asociado a la misma cantidad de tiempo frente a la pantalla.
"En la infancia, la duración del sueño no solo moderaba esta relación, sino que también la explicaba parcialmente: alrededor del 12% de la relación entre el tiempo frente a la pantalla y el riesgo cardiometabólico estaba mediada por una menor duración del sueño", señaló Horner. "Estos hallazgos indican que la falta de sueño no solo puede magnificar el efecto del tiempo frente a la pantalla, sino que podría ser una vía fundamental que vincula los hábitos frente a la pantalla con los cambios metabólicos tempranos".
Además, mediante un análisis de aprendizaje automático, se identificó una firma metabólica única en la sangre que parecía estar relacionada con el tiempo de exposición a las pantallas.
"Pudimos detectar un conjunto de cambios en los metabolitos sanguíneos, una 'huella digital del tiempo de exposición a las pantallas', que validaba el posible efecto biológico del comportamiento relacionado con el tiempo frente a las pantallas", afirmó. "Mediante el uso de los mismos datos metabolómicos, también evaluamos si el tiempo frente a la pantalla se relacionaba con el riesgo cardiovascular previsto en la adultez, lo que nos llevó a detectar una tendencia positiva en la infancia y una asociación significativa en la adolescencia. Esto indica que los cambios metabólicos relacionados con el uso de pantallas pueden ser señales tempranas de un riesgo a largo plazo para la salud cardíaca".
"Reconocer los hábitos de uso de pantallas y hablar al respecto durante las citas pediátricas podría formar parte de un asesoramiento más amplio sobre el estilo de vida, al igual que la dieta o la actividad física", explicó. "Estos resultados también abren la puerta al uso de las firmas metabolómicas como marcadores objetivos tempranos del riesgo asociado al estilo de vida".
Amanda Marma Perak, M.D., M.S.CI., FAHA y presidenta del Comité de Prevención de Enfermedades Cardiovasculares en Jóvenes de la American Heart Association, quien no participó en esta investigación, afirmó que centrarse en el sueño es un excelente punto de inicio para cambiar los patrones de tiempo frente a las pantallas.
"Si les resulta difícil reducir el tiempo que pasan frente a las pantallas, empiecen por adelantar el tiempo de uso de pantallas y concéntrense en acostarse más temprano y dormir más", aconseja Perak, profesora adjunta de pediatría y medicina preventiva en la Northwestern University Feinberg School of Medicine en Chicago.
Los adultos también pueden dar ejemplo, añadió. "Todos usamos pantallas, por lo que es importante guiar a los niños, adolescentes y adultos jóvenes hacia un uso saludable que evolucione con ellos. Como madre o padre, puedes dar ejemplo de un uso saludable de las pantallas: cuándo apagarlas, cómo usarlas y cómo evitar hacer muchas cosas a la vez. Y, a medida que los niños crezcan, sé más explícito y explícales por qué apagas tus dispositivos durante la cena o en otros momentos de convivencia con ellos".
"Asegúrate de que sepan cómo entretenerse y calmarse sin una pantalla y que pueden lidiar con el aburrimiento. El aburrimiento genera brillantez y creatividad, así que no te molestes cuando tus hijos se quejen de que están aburridos. La soledad y la incomodidad se darán durante toda la vida, por lo que son oportunidades para apoyar y orientar a tus hijos de manera saludable para que respondan sin recurrir a las pantallas".
Como un estudio de observación en el que se utilizan datos recopilados de forma prospectiva, los hallazgos reflejan asociaciones en lugar de demostrar causas y efectos. Además, los padres y madres de los niños de 10 y 18 años informaron el tiempo que pasaban frente a pantallas mediante cuestionarios, lo que puede no reflejar con exactitud el tiempo real que los jóvenes pasaban frente a pantallas.
Horner recomendó que en futuras investigaciones se podría estudiar si limitar el uso de pantallas en las horas previas al sueño, cuando la luz de la pantalla puede alterar los ritmos circadianos y perturbar el inicio del sueño, podría ser una vía para ayudar a reducir el riesgo cardiometabólico.
Detalles, antecedentes y diseño del estudio:
- Los dos grupos de investigación prospectiva de los COPSAC en Dinamarca estaban formados por parejas de madres e hijos, y se analizaron los datos recopilados en visitas clínicas programadas y evaluaciones del estudio desde el nacimiento de los niños hasta los 10 años en el grupo de estudio del 2010 y hasta los 18 años en el grupo de estudio del 2000.
- Mediante cuestionarios, los padres y madres de los niños del grupo de 10 años y del grupo de 18 años indicaron cuántas horas pasaban los jóvenes participantes viendo la televisión o películas, jugando videojuegos en una consola o la televisión y utilizando teléfonos, tabletas o computadoras en su tiempo libre.
- En el grupo del 2010, se recopiló la cantidad de horas que pasaban frente a una pantalla 657 niños de 6 años y 630 niños de 10 años. El promedio de tiempo frente a la pantalla era de dos horas al día a los 6 años y de 3.2 horas al día a los 10 años, lo que representa un aumento significativo con el tiempo.
- En cuanto al grupo de 18 años del 2000, se obtuvo información sobre el tiempo frente a la pantalla de 364 personas. El tiempo frente a la pantalla a los 18 años era significativamente mayor, con un promedio de 6.1 horas al día.
- El sueño se midió mediante sensores durante un período de 14 días.
Los coautores, las divulgaciones y las fuentes de financiación se indican en el manuscrito.
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Recursos adicionales:
- Los recursos multimedia se encuentran en la columna derecha del vínculo de la publicación.
- comunicado de prensa en inglés
- Después del 6 de agosto del 2025, consulte el manuscrito (sitio web en inglés) en línea.
- Comunicado de prensa de la AHA: Mantén a los niños ocupados y enfocados en la salud cardíaca (sitio web en inglés) (agosto del 2023).
- Comunicado de prensa de la AHA: Pasar demasiado tiempo frente a la computadora, viendo la televisión o realizando otras actividades sedentarias aumenta el riesgo de ataque o derrame cerebral (sitio web en inglés) (agosto del 2021).
- Información de salud de la AHA: Limita el tiempo frente a la pantalla y haz que tus hijos (y toda la familia) se muevan (sitio web en inglés).
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